Señor director:
Que el nivel de lectura es un indicador de desarrollo de una sociedad no es un asunto cuestionado. Que dediquemos todos los años esfuerzos en analizar cifras para explicar resultados -nacionales e internacionales- del nivel y calidad lectora, tampoco es algo novedoso. Que la lectura sea un eje focalizado del Curriculum y de políticas públicas, también es parte del escenario de las últimas décadas. De hecho, todos los gobiernos han impulsado planes de fomento a la lectura, desde diferentes enfoques, pero desde la misma comprensión: es representativa de un capital cultural-ciudadano. Y es que efectivamente la lectura es central para acceder a la escritura, uno de los bienes culturales más importantes de nuestra especie. Es por ello que durante abril vemos (en el gobierno, colegios, medios y RR. SS) actividades que se desarrollan para impulsar la lectura. Y claro, así debe ser, pues es reflejo de nuestra filogenia, de una historia común y universal que nos pertenece a todos en tanto miembros de la especie humana. Entonces, cabe preguntarse ¿por qué siguen existiendo prácticas que registren la lectura a ciertos grupos de seres humanos, dejando fuera, por ejemplo, a las personas con discapacidad múltiple? La respuesta no es simple. Sin embargo, me interesa destacar que, en el caso de las personas con discapacidad múltiple, tiene de base un sistema social que les ha negado una identidad ciudadana y ejercer prácticas afines. Esto último es clave para no seguir reduciendo esta problemática a la enseñanza (o no) de una “asignatura”, pues disfrutar de la lectura, de las obras literarias, del acceso a bibliotecas, es un ejercicio ciudadano y un derecho. Aquí la diferencia entre valorar a las personas con discapacidad múltiple y otorgarles un rol social valorizado, que es justamente por lo que CORPALIV lleva 30 años trabajando desde la convicción que éste -y otros derechos- deben ser garantizados por un sistema social que otorgue las condiciones para que las personas con discapacidad múltiple sean visualizadas como sujetos de derechos, incluyéndolos en cada iniciativa y/o política pública de cualquier materia.
Carolina Tapia Berrios
Profesora y Magíster en Educación
Directora Escuela Especial de CORPALIV.